Estoy convencida que algo ocurre dentro del armario que de un año a otro la ropa encoje, dándole vueltas a este misterio y viendo que esta camiseta no me cabía ni en una oreja se me ocurrió sacar las asas de otro bolso, plantarle unos botones que eran de madera y después pintados para hacer juego, un toque de aguja e hilo con su correspondiente forro y... ¡¡¡a la calle!!!, la camiseta de rayas es el ejemplo del antes y el después...
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